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El apoyar los procesos de aprendizaje de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (realmente para personas de cualquier edad) no es solo una cuestión técnica. Desafortunadamente muchas escuelas se ven forzadas a utilizar métodos pedagógicos estándares, que deja a muchos alumnos desilusionados por aprender. Quedan con la impresión de que aprender es lo mismo que la escuela. Aunque las escuelas son fundamentales para desarrollar habilidades básicas necesarias en la sociedad, el aprendizaje no solo ocurre en la escuela, también se da en el parque, jugando con legos, pretendiendo ser superheroes, platicando con amigos y con la familia, y en muchos otros momentos y espacios. No tengo duda que con imaginación y pensando diferente podemos lograr que el aprendizaje se sienta como una aventura. Los ejes de aprender es aventura son los siguientes:

  • Aprendemos mejor jugando: Brown, el famoso investigador del juego, nos recuerda que lo opuesto del juego no es el trabajo, lo opuesto del juego es la depresión. Si, el aprendizaje requiere muy seguido requiere de enfoque y esfuerzo, pero el aprendizaje también puede estar lleno de curiosidad, de diversión, de descubrimiento, en otras palabras, de juego. Apoyar el aprendizaje de nuestros invitados toma muy en serio el juego. Sin este, el aprendizaje se puede volver estéril y vacío.
  • El aprender algo retador reta nuestras emociones: En los momentos de aprendizaje más retador, las emociones fluyen como lava. Quienes aprenden se frustran, están desanimados, pueden resistirse y hasta discutir. Para los familiares que los apoyan, las emociones pueden tornarse igual de intensas. Las emociones y el aprendizaje no se pueden separar. Si algún alumno o alumna sienten temor, enojo, frustración al no aprender algo, o si no sienten entusiasmo por lo que aprenden, pueden avanzar académicamente, pero sin emoción, sin gusto, sin curiosidad. Así es como para muchos la escuela se vuelve una cárcel, una condena que se tiene que cumplir para satisfacer a sus padres o familia. Es esencial atender las emociones para crear un buen ambiente para el aprendizaje
  • Las personas somos neurodiversas: Cada persona cuenta con un perfil de habilidades y retos para el aprendizaje, de preferencias para el aprender diferentes temas. Para algunos estas diferencias pueden ser tan sustanciales, que crea retos particulares en el aprendizaje. Algunos tienen retos en el área de la lectoescritura, otros para aprender el pensamiento matemático, otros viven el reto de sostener su atención, y muchas otras dificultades. A la vez, pueden contar con muchas fortalezas, con habilidades para contar historias, pueden formar estructuras impresionantes, entienden la tecnología, entienden a otras personas y muchas fortalezas más. Mucho énfasis se hace en aminorar las dificultades, poco en ayudar a reconocer sus fortalezas.
  • El aprendizaje no solo ocurre en las neuronas: Se requiere de comunidad para educar a un niño, dice el proverbio Africano, estamos de acuerdo. Nuestros esfuerzos para apoyar el proceso de aprendizaje de nuestros miembros incluye a su familia y a sus educadores respetando su nivel de involucración. El aprendizaje no se limita a un espacio físico, depende del entramado de relaciones que se forman para apoyar a quienes aprenden